Querido(a) anónimo(a)
Siempre me ha parecido cobarde el uso del anonimato, me pregunto por qué esconder tu nombre si tienes la razón de tu parte.
Es interesante ver cómo te critican y buscan ofenderte sin dar la cara. En estos tiempos en los que hay libertad de expresión y cada quien opina lo que quiere me parece innecesario esconderse tras una pared que tarde o temprano puede caerte encima.
Algunas personas han usado el anonimato para comentar en mi blog, les agradezco por tomarse el tiempo de leerlo, de opinar e incluso criticar, pero la verdad no me ofenden. Agradezco incluso que me hayan motivado a escribir de nuevo.
Por eso, queridos anónimos, que se toman la tarea de insultarme, les agradezco que lean detenidamente lo siguiente:
El blog que llevo no tiene ninguna otra intención mas que comentar lo que pienso y en ocasiones drenar algunos sentimientos. De manera, que el objetivo corresponde perfectamente con el título que elegí, quizás si se tomaran la molestia de leer de qué trata el blog despejarían algunas dudas o simplemente ya no les llamaría la atención leerlo.
No tengo problema con la crítica, pero sí con el insulto y aún más cuando desde un principio dejo claro que escribo lo que quiero, no estoy escribiendo un libro de teoría, ni estoy haciendo una investigación periodística. Estoy trasladando mi pensamiento a letras y con esto no busco la aceptación de nadie, es una manera de liberarme.
GABRIELA TORO, DERECHOS RESERVADOS 2013.
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