Ayer le pediste a tu estrella que me enviara un mensaje a través de la luna, pero la luna no quiso hablar con mi estrella. La luna se puso celosa de nuestro secreto y prefirió callar para ocultarme que piensas en mí como yo pienso en ti.

Tu bajo tu cielo y yo bajo el mío, dos seres observando la noche, cada uno tan distante del otro, inquietos, preguntándose lo que callan las estrellas.

No sé si algún día estaremos de nuevo bajo el mismo cielo estrellado, sólo sé que contigo se queda una parte de mí, y yo aquí, extrañándote, bajo este cielo lleno de estrellas.